domingo, 4 de mayo de 2014

El cerdo de sus sueños (La cochina vida de G. Tito el puercojín)

 Modelo en la foto: J. Rdgz
-¡Gracias por modelar para este cuento
!-

(Cualquier situación, personas y lugares parecidos con la realidad es mera coincidencia).

"A últmas fechas le había dado una depresión como pocas veces.

Ella decía que estaba bien, pero no era así. Su vida despues de algunos años, varios descalabros economicos, varios sinsabores a reciente fecha con su pareja y varios cuestionamientos personales despues ya estaban haciendo mella de manera contundente en su estado de ánimo.

Comía poco, se escabullía en la música que le alegraba por un cierto tiempo y después regresaba a su melancólico mood.Los amigos de ella eran su salvoconducto a terminar el dia de mejor talante.
Regresar a lo mismo en su casa, no la hacía feliz.

Su pareja se esforzaba por tratar de hacerla olvidar aunque fuera por un momento todo lo mal que ella se sentía. El, no podía tampoco dejar de pensar que el también tenía parte de culpa en el estado anímico de su novia, puesto que el era de carácter "ojialegre" con otras féminas en ocasiones.

Un fatídico dia, las cosas se pusieron bastante desagradables en la relacion de los dos.
Estuvieron a punto de separarse.
Ya eran demasiadas discusiones cada fin de semana y muchas cosas que ocurrían.
Ella perdonaba, pero no olvidaba.

Y fué cuando G. Tito apareció.
Un peluche de puerco rosa que fué regalo de ella para su novio.
Al novio pareció que le habían regalado el mapa para llegar a una casa tipo dúplex en El Dorado o en el Nirvana. Le encantó demasiado su cojín en forma de puerco, regalo de 14 de febrero, el último hasta el momento para ser mas exáctos.

G. Tito se instaló en la recámara de ellos, arriba de los cojines de la cama matrimonial.
Pasaba el dia completo dormido en las almohadas, jugando con la tablet de la novia, o viendo insulsos prográmas de television.
El trabajo de base de G. Tito era viajar a traves de los sueños de ambos.
El novio juraba y perjuraba que desde que tenía a su puercojín, sus sueños se hacían mas placenteros, mas descansados.
La novia, a veces lo abrazaba para dormir un sueño tan profundo que a veces llegaba tarde a su trabajo por lo bien que descansaba.

Se había hecho G.Tito imprescindible para la hora de dormir.
Por lo tanto, el puercojín ya sabía que estaba ocurriendo en el mundo de los sueños de ambos.
Se sentía feliz por ser parte de ellos. Pensába que ningun puerco en forma de cojín recibía tanto aprecio como el y la pareja que lo había recibido.

Pero, cuando empezó a percibir que algo andaba mal, dejo de estar mudo y una noche se metió en un sueño del novio y lo cuestionó por lo que estaba pasando con su novia.
Necesitaba saber la razón por la que estaba empezando a escasear el cariño que le prodigaban.
El novio no podía creer que su puerco de peluche le estuviera hablando, pero aún en su subconsciente sabía que era un sueño, asi que le confesó que había tropiezos en la relacion de ambos.
Culpas mutuas. Algo de orgullo y olvido por parte de ambos.

En los dias consiguientes, G. Tito ya no quíso entrar a los sueños de ellos.
Ya le costaba trabajo hacerlos soñar cosas agradables; el, siendo un puerco que navegaba en los sueños, dudaba de si mismo si podría una vez mas lograr reconciliarlos.

Una noche, ella llegó llorando sin que el novio le hiciera nada.
G. Tito al verla dormir, se metió a sus sueños y descubrió mucha confusión, melancolía, tristeza y falta de ánimos para subsanar algunas carencias económicas que tenían en ese momento.

El puercojín la vió dormir al salir de los sueños de ella.
La observó con tristeza.
Estaba seguro de que la era de felicidad de los novios se estaba desquebrajando y pronto sería historia si ellos no ponian de su parte y obviamente la misma felicidad de puercojín sería historia también.

Algo tendrían que hacer ellos y pronto.

Ahora, cada noche, G. Tito se preguntaba si valdría la pena entrar en los sueños de ella y de el.
No era agradable el estado de ánimo y contaminaban groseramente los sueños de ellos haciendolos tristes y profundamente grises.

Solo se quedaba un rato observandolos dormir y tratar de pensar que eso era una racha breve.
Esperaba muy dentro de su relleno que asi fuera.
Mientras tanto los dias pasaban y era cuestión de tiempo para saber si en verdad se amaba la pareja otroramente feliz o era el capítulo final de ellos, de su amor y de la magia del puercojín para convertirse en una simple almohada de peluche."
--Continuará--
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