martes, 26 de marzo de 2013

Un poco de sangre y otros métodos de olvido en el mundo swinger

"Esta bien. Debo reconocerlo.
No fué mi mejor noche, de hecho fué la peor de todas.
No estaba preparado para enfrentar a este tipo de cosas.
De hecho, aunque ya sabía lo que iba a decirme y no me importaba. 
En serio...
Solo sé que llegué a casa sin ánimos de absolutamente nada, solo de languidecer y llorar como una maldita Magdalena que había sido herida en lo mas profundo de su estúpido corazón.
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Mis manos me ardian, era obvio; en la dizque reunión para, dizque arreglar las cosas, esas cosas que se tenian que dizque arreglarse, solo sirvieron para empeorar mi estado de ánimo y todo aquello que yo creía.
Nunca debí creer demasiado.
Me acuerdo que solo sonreia como el mas grande de todos los imbéciles, para llegar a la cocina y escoger el mejor vaso, el mas delgado, el que yo consideraba era el mejor en astillarse... junto con su adorable y maldito recuerdo. 
No hice mucho, solo agarrar el vaso y estrellarlo contra el lavabo mientras mi coraje, mi frustración y tristeza hacían el demás trabajo.
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Me acuerdo que sangré profusamente.
Pero eso no me importaba, sino el dolor que traía en el pecho y su recuerdo de su bella pero maligna sonrisa sin verme y diciendome que "ya no mas".
Me acuerdo que reí como un retrasado mental mientras un lacerante dolor me atenazaba la mano derecha, que ya previamente había lastimado con una cuchára de plástico.
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Solo me dedicó su atención mientras veía incólume su celular a punto de apagarse, para necesitar recargarse, pero que disfrutaba leer otros mensajes de quizas otros amantes u otros posibles clientes.
Pero yo... Ah, yo...
Nécio en pensar que se podían quizás arreglar las cosas. 
Nécio en disfrutar de esos deliciosos labios nuevamente y escuchar un inexistente "No pasa nada. Solo es mero rumor."
Que pendejo fuí.
Lo que siguió después, fue golpear mi mano contra el lavabo para que "amarrara el dolor".
Grité bastante al sentir el cruel dolor de los vidrios encajandose en la palma de mi mano. y maldecir la noche en que la conocí y haciendonos los occisos de que no nos importabamos, para luego hacer el amor de manera sublime... Claro, era la novedad, una piel nueva que experimentar. Un hombre nuevo que le ofrecía un placer diferente, sensaciones exquisitas, orgasmos nuevos.
Pero dicen que todo por servir se acaba. Y ese momento llegó al verla en el café de ese centro comercial.
Seguía buscando las maneras mas refinadas de hacerme daño y tratar de quitarme esta sensación de desamor a base de terápia tortuosa y personal y entonces mientras me quitaba los pedazos de vidrio, quise sacarme a golpes su recuerdo contra la pared del baño. Mis manos en verdad estaban bastante molestas por sentir su piel alguna vez. Por escucharla gemir mientras la tomaba de la cintura mientras, boca abajo la poseía (me dejaba poseerla) y ambos ibamos en un camino mutuo llamado placer.
Escucharla decirme: "Eres lo mejor que me ha pasado" " Te amo" "No me dejes nunca" y "estoy muy lastimada, por favor, no quiero que me lastimes" era algo muy cercano a ser tocado y bendecido por una divinidad a la cual yo estaba siendo negado por muchos muchos años de mi vida en matéria de romances.
Irla a ver cada sabado o domingo era como mi bálsamo contra la cotidianeidad.
No dejaba de darle gracias a Dios por tener ese tino tan exquisito de ponerme a su piel, por dejarme por fin amar a alguien a quien yo pensé que por fin había hallado.
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Y esa noche todo se redujo a un solo "estoy con muchas broncas. No quiero ni necesito amar a nadie porque estoy incapacitada para sentir amor... solo mero placer,orgasmos y deseos furtívos".
En verdad volver a repetirme sus hirientes palabras una y otra y otra vez, solo acicateaban mi hoguera de coraje contra todo aquello que sentía y deseaba sentir por ella, haciendome que siguiera buscando artefactos que pudieran sacarme ese dolor y esas promesas sin cumplir de manera sanguinaria.
Y entró en acción un cuchillo de sierra para cortar carne.
No necesito ser tan detallado para que puedan imaginarse el resultado de senda forma de quitarme el sabor de sus besos, de su grito al venirse, de su gemido al acariciarme y sus "asi... asi... asi..." que en ese momento me quemaban la cabeza y el recuerdo. Muy despacio, tomandome mi tiempo. Solo era cuestión de apretar mi lastimada mano y seguir apretando hasta hacer mas grande mis heridas.
El pasillo quedó inmisericordemente lleno de mi dolor color carmesí.
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Traté antes de llegar a casa de escuchar una voz que me persuadiera de lo que iba a hacer, asi que le hable a mi madrina (que es amante de mi ahora ex.amante) y que ya sabia de esta situación incómoda, pero lo unico que conseguí era echarle mas carbón a la lumbre de mi dolor con la llamada...
Me dijo que esperaba que pudiera ver las cosas de manera mas clara y que no hiciera tonterias... ya que en cuanto me largué de mi cita dolosa, ella (mi ex-amante) inmediatamente le habló a su novia para comentarle, la hazaña que había realizado con la cuchára de plástico mientras disimulaba no verme y no saber nada de nada.
Ya no pude hablar y despues de colgarle y llorar bobamente en el estacionamiento, deseaba fervientemente llegar a casa, con un nudo en la garganta y con las manos medio sangrantes.
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Sin comer esa tarde, recuerdo que solo quise irla a ver. Ya que no la había visto en mucho tiempo.
Ella, mi amante, me comentó que estaba mal de salud, que luego corroboré al platicar.
En verdad me preocupaba como nadie habia considerado yo en preocuparme.
Esta noche me quedó claro que no tenía porque hacerlo. Pero ya antes le había llorado con vano resultado porque quise que viera en mi un sentimiento que no todos los hombres de "ese lugar" tenían y que ella, (según me dijo) nunca tuvo. Pero ella consideraba a "las lágrimas como un sentimentalismo barato y vanal". Y yo como buen caballero no pude, ni quise llorar delante de ella para evitar que viera mi derrota. La unica manera de explayar ese inconveniente era mediante el olvido, una buena dosis de sangre y morderme los labios para evitar pronunciar su nombre.
 
No se como no me desangré.
Quien me curó, abrió los ojos y me preguntó que que me habia pasado, a lo cual con un esfuerzo último para evitar llorar por su recuerdo le dije que mi gato me había arañado.
La enfermera encargada de curarme, solo entrecerró los ojos para increparme que no era cierto, y que no le viera la cara... Yo simplemente le dije con parte de mi coraje que no era su asunto.
Y asi evité mas cuestionamientos y que descubriera mi "inconveniente" de salud mental.
Salí de emergencias ya como a las 4:00am porque había muchos pacientes que en verdad requerian ser tratados y con lesiones mas importantes que mis lesiones de manos y de mi corazón.
Al acordarme de como llegué, casi me vuelve a dar un ataque de risa.
Al llegar a información y decirle a la señorita de ahi que donde quedaba atención médica de urgencia.
La secretaria me dijo que exactamente ese lugar era y que solo tenia que esperar a que me hiciera un archivo clínico y que de no ser derechohabiente tenia que esperar.
Yo descaradamente alcé las manos que tenian pedacitos de vidrio aun en mis palmas y sangre para decirle: "Es que... como le explico que me estoy desangrando" y al mismo tiempo manchar de sangre la mesita de recepción. Creo que hasta manché la documentación que estaba escribiendo a máquina.
La secretaria abrió sendos ojazos, para retirarse muda de la sorpresa y meterse de prisa al cubículo para salir con otra enfermera y pedirme que la compañara a que me curaran en calidad de "ahora mismo".
No se necesitaron muchas puntadas para cerrar la herida que tengo en las manos. De hecho me fué muy bien en la mano izquierda, cosa que no puedo decir de mi mano derecha. 
Fueron 4 o 5 puntadas que al momento de decirle que onda conmigo, pedí que no me pusieran anestesia local y asi, como dicen vulgarmente, a lo pelón me fueron cerrando mis heridas mientras yo derramaba mis ultimas lágrimas en recuerdo de esta mujer que me sigue doliendo.
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Al llegar a casa, mi mujer estaba dizque preocupada por verme llegar con la mano vendoleteada.
Yo pretexté que había tenido un accidente y que me había tropezado con un vaso.
Ella obviamente vió las manchas de sangre y recuerdo que solo se encogió de hombros diciendo unicamente que tuviera mas cuidado al manejar cosas de vidrio... Ah y que limpiara todos mis estropicios.
Pendeja.
Si supieras que es porque necesitaba olvidar a una mujer con la cual fuí feliz, aunque haya sido brevemente, aunque haya sido, tan solo sabados y domingos. y que a ella le dije que estar en su cercania me produce tanta paz.... Una paz que dudo bastante que tu me puedas ortorgar. Y que esta noche he perdido...
Sé que me preguntará mi madrina posteriormente que como me siento.
Yo llegaré alli, a su lugar donde empezó todo esto y con una sonrisa a flor de labios solamente le diré:
"No ha pasado absolutamente nada. Solo me rasguñe con un rosal."
Si, una rosa que amé y que confiado agarre y me herí con sus espinas de dureza e incomprensión.
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Y me abandonaré nuevamente a los placeres carnales que me ofrece ese mundo que la mayoria de la gente común y corriente sabe y desaprueba.
Un mundo en el que el sexo y el placer a veces son una salvación para personas tan destrozadas como yo y mi ex-amante en turno...
Un mundo donde quizás los status económicos o sociales, el sexo a ciegas en todas sus formas y presentaciones, y la obtención de dividendos económicos, son el salvoconducto para no caer en la locura de el mundo doblemente cruel en el que vivimos.
Porque ella, mi ex-amante, por vivir bien, tener las cosas a las que siempre ha estado acostumbrada (o quizas porquee s su unico medio de tener solvencia económica de manera placentera o rápida) seduce amantes casuales sin dejarse engañar por los buenos sentires. Donde ella se rie a carcajadas de todo lo que el amor nunca le dió (unicamente hijos a los cuales irónicamente son lo mejor que le ha dado el amor) y donde ella considera que lo demas es pérdida de tiempo y donde zapatillas españolas de $7000 son algo parecido a un remaso de paz.
Y ahora para mi, quizás signifique un ejemplo de que la sinceridad, los "te amo" dichos a una mujer que se muestre "sincera" son mas falsos que un billete de $30, que el unico sentimiento sincero es un orgasmo, y lo demas mero negocio en el mundo clandestino en el que estoy igualmente sumergido.
Quizas es el ultimo resquicio de dolor lo que me hace escribir estas letras dolosas, pero, ante todo, cabe aclarar (O creer) que no todo es falso.
Quizás ella, en alguna ocasión me amo de verdad, pero la necesidad de alejarse por miedo, por orgullo tonto o que rayos se me pueda ocurrir, fueron alguna vez honestos.
Esto de enamorarse en el controvertido mundo swinger tiene sus desenlaces bizarros.
A lo mejor, si existe tal amor o correspondencias, a lo mejor existen otros seres que al igual que yo se puedan enamorar igualmente de forma tonta...
Hoy solamente se que me siento triste y bastante conflictuado por la experiencia.
Hoy aprendí que el dolor es equiparable a las ganas de olvidar algo bello y la única manera de hacerlo es mediante el mismo dolor.
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Recibí el ultimo mensaje de ella por celular... puso la última bala en su revólver de rechazo hacia mi diciendome cosas que pudieran herirme como que estaba enamorada de otro tipo, que solo necesitaba tener cierto status economico que en mi jamás iba a conseguir y ese tipo de cosas que le calan a un hombre en su orgullo masculino. Sigo aprendiendo...
Aunque a veces el olvido cueste un poco de sangre.
Pero eso nadie lo comprenderá, como yo no la alcanzo a comprender... como no comprendo porque despues de toda esta absurda odisea sangrienta, la sigo amando. Pero eso si no lo sabrá jamás. 
Soy un caballero. 
Un caballero que desea escaparse de su problema de depresión con bipolaridad en grado medio, pero que, ante todo, aun tiene un corazón que añora pueda ser curado de todo el demás mundo, enfermo de ausencia de sentires que, a comparación de mi dolencia, es mucho peor, porque se muere en vida siendo frio, hiriente, apático y a veces material de todo sentimiento y la unica cura es... solo amar, momentaneamente.
Aunque sea por unos minutos."